Una herramienta para expandir la construcción sostenible
Estas son dos de las metas más relevantes que tiene el país en materia de medio ambiente. Lograrlas va a depender, en buena parte, de cómo se pueda reacomodar la producción nacional en varios aspectos, comenzando por la construcción de viviendas y el desarrollo urbano, según indicó este martes Luis Gilberto Murillo, ministro de Ambiente.
El funcionario habló durante la presentación de Edge, un programa que busca certificar en temas de sostenibilidad las construcciones nuevas en el país. La iniciativa es impulsada por la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), en alianza con la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial.
Los estándares que propone Edge, que ya son aplicados en 100 paísesalrededor del mundo, logran reducciones en consumo de agua, energía y materiales de construcción que, a su vez, terminan representando ahorros para los usuarios de las edificaciones.
La meta de IFC y Camacol es que, para 2024, una de cada cinco edificaciones estén certificadas con Edge, para lo cual tienen que demostrar, desde la etapa de diseño, que habrá un ahorro de 20% en cada uno de los campos mencionados. Este cálculo se hace sobre la línea base de consumos que tienen las construcciones en el país.
«Lo que hicimos primero fue construir una línea base para saber en dónde estábamos en consumo energético y de agua, en diferentes pisos términos y en diferentes proyectos. No es lo mismo tomar decisiones para Bogotá que para Barranquilla o para la costa Pacífica. A partir de esa línea se generaron los lineamientos que se incorporaron en el decreto 1285 de 2015 y la resolución 549 del mismo año y acá finalmente se estableció cómo es la normativa para consumo energético. Después de esto nos quedamos pensando cómo hacemos para facilitar la aplicación de la norma, que no es opcional. Lo que es opcional es la certificación. Cuando IFC nos plantea la posibilidad de ser el socio local de Edge encontramos que era el camino para apoyar a los constructores en el cumplimiento de la norma», cuenta Sandra Forero, presidente de Camacol.
«Sabemos que los procesos de ajuste de emisiones y consumos no siempre son muy bienvenidos en muchos sectores ni en los gremios. Acá queremos resaltar que es una propuesta que nace desde el gremio de la construcción. Edge es una herramienta para que los constructores se acoplen a las normas sobre construcción sostenible que tiene el país», dijo Jaime Pumarejo, ministro de Vivienda, durante el lanzamiento del programa.
Si bien la certificación oficial se otorga a una construcción terminada, el proceso arranca desde los diseños de las construcciones, en temas como la escogencia de los materiales y el análisis de los climas locales para aprovechar corrientes de aire, índices de radiación solar o promedios de lluvia, por ejemplo. La idea básica es que una edificación certificada no sólo consuma menos recursos durante el proceso de construcción, sino que también represente ahorros una vez esté en uso. Es por eso que la etapa de diseño es crucial.
En los cálculos de Camacol, la implementación del programa Edge podría representar, para 2024, 64 millones de kilovatios/hora y 941 millones de metros cúbicos de agua menos en la construcción y uso de nuevas edificaciones. El gremio estima que, al trasladar estas disminuciones a los usuarios, se podría estar hablando de $2,6 billones en ahorro de servicios para los usuarios.
«Este es un ejemplo de cómo el sector privado puede lograr resultados concretos utilizando una herramienta inteligente para medir los consumos e impactos de las construcciones», en palabras de Kristtian Rada, líder del programa de ciudades y negocios sostenibles de IFC para Latinoamérica.
Los estudios de este organismo muestran que, por ejemplo, una casa con certificación Edge en Filipinas (bajo condiciones climáticas muy similares a varios lugares de Colombia) puede tener ahorros de US$11 mensuales en servicios públicos, que se desglosan así: 135 kilovatios/hora menos mensualmente, así como 2,4 metros cúbicos de agua.
Para el caso de un hotel en México, el ahorro en servicios público representa US$ 7.634 gracias a la instalación de aires acondicionados con enfriadores de agua, iluminación de bajo consumo y aislamiento término en techos y paredes, entre otros elementos.
De acuerdo con Rada, sólo 5% de las construcciones en el mundo tienen certificaciones de sostenibilidad. «Lo que busca Edge es llegar a 90%. Se trata de democratizar la construcción sostenible, que no sólo sea para edificaciones grandes, urbanas o caras. La idea es llegar a todos porque eso representa ahorros en consumos y servicios. Esto no implica más costos».
Según cálculos de Camacol, la construcción de un proyecto certificado incrementa en apenas 0,25% el costo total de un proyecto. «No es gastar más, necesariamente, sino pensar desde el diseño en estos elementos», aclaró Forero.
Tomada de elespectador.com